La gente vive pensando en su final. ¿Cómo será? ¿Cuándo? ¿Me dolerá? Aunque estas preguntas no tienen fácil respuesta nos las solemos hacer inconscientemente. Y es que esas difíciles preguntas sin aparente respuesta son las que nos apasionan.
La muerte es, sin duda, el más complicado misterio de esta vida, al cual conducen todos los posibles caminos . Vivimos pendientes de ese terrible final.
Cuando nacemos un llanto anuncia nuestra llegada. Después, toda nuestra juventud es un constante aprendizaje. Más tarde, trabajamos y por último, de viejos, descansamos y esperamos a esa compañera a la que llamamos muerte.Aunque como todo en esta vida existen las excepciones, y puede ser que la visita nos llegue antes del tiempo acordado.
Pero al expirar una persona no desaparece de este mundo. Una persona muere de verdad cuando no hay nadie que la recuerde. Y es que un gran consuelo de esa incertidumbre es saber que cuando exhalemos nuestro último aliento nuestra familia, amigos y conocidos estarán ahí, recordándonos por nuestros buenos y malos hechos, haciendo que una pequeña parte de nuestra alma siga con vida.
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